lunes, 11 de febrero de 2013

Regad@s por la vida


Hace mucho que no escribo, y creo que es porque he estado intentando cambiar mi modo de vivir un poco. Sin que eso signifique que piense que la palabra escrita es innecesaria, más bien, para mi, es indispensable, porque es la única manera que encuentro de sacar las ideas que se quedan, monotemáticamente en mi cabeza. O sea, que si no escribo me vuelvo loca.

Sin embargo, embelesada con mi nueva casa en la montaña, lo más rural que me he permitido en mi vida, me he concentrado en hacer de este espacio mi lugar especial, mi mundo propio donde toda la mierda del sistema, si bien aún me toca, no me afecta hasta en cuando cago como me pasaba antes.

Así que hoy, después de más de 6 meses, vuelvo a expresarme por acá, y no sé si el tema del que quiero escribirles es un desmontaje o si simplemente es mi opinión, y ese tema es acerca de aquellas personas que andan regadas por la vida.

Estoy segura de que todos ustedes conocen personas como estas. Se trata de la típica (por ejemplo) mujer que te dice que cuida su figura pero que traga papitas fritas como loca. O el tipo que dice a los 4 vientos cuánto ama a su mujer pero de repente te lo encuentras en el lugar menos esperado con otra tipa. O la jevita que te dice que te cuides de los chismosos pero es la primera que te pide el chisme del momento y te cuenta enterita la vida de los demás. Son personas que, como dice un dicho, no saben poner el culo donde su boca está. O también habrás oído la expresión de no dañar con los pies lo que hiciste con las manos.

No se trata de las acciones en específico, yo no te voy a decir, creo que ni a recomendar (al menos en este artículo) como vivir tu vida. Se trata más bien de qué hay en las cabezas de estas personas para ir con sus palabras en una dirección y con sus acciones en otra.

Quizá se trate de que no saben que lo están haciendo, verdad? Así que, en teoría, si les hacer ver que sus acciones van en contra de sus palabras, entrarán en razón y harán una cosa o la otra. Pero si de eso se tratara este artículo el problema estaría resuelto y terminaría aquí hasta la próxima no? Y aquellos que de vez en cuando me leen saben que ni de casualidad son tan cortos mis escritos. Así que enfoquémonos en los personajes que cuando les muestras su ambigüedad palabra/acción, te dicen que no es cierto, o con una rebuscada excusa te explican el porque sus acciones son correctas y perfectas.

Mis favoritos son aquellos que sin explicación alguna simplemente te dicen que estás equivocado y hasta se molestan por lo que les dices. También hay los que condescendientemente te dicen que es verdad y que lo tomarán en cuenta, significando esto que te laves tu culo. Y están los que con una maraña de retórica voltean todo lo que dices y hasta te hacen quedar como que malo, malpensado, envidioso, entre otros, eres. Y bueno, habrán miles de tipos más que con el tiempo me comentarán. En todos los casos, la fea verdad es que estas personas 1) no saben quiénes son realmente, 2) saben o creen que lo que hacen está mal pero no saben cómo dejar de hacerlo, 3) racionalizan sus acciones hasta la muerte (esto es, justificar con todos los grados de separación necesarios el porqué sus acciones son válidas si ellos las realizan pero no si lo hacen otros), 4) son desconsiderados y/o hipócritas, 5) no son capaces de hacer los sacrificios necesarios para vivir como dicen se debe vivir, 6) realmente no creen lo que dicen pero sienten que diciendo lo que otros quieren oír llegarán más lejos más rápido, 7) saben que no pueden competir con aquellos cuyas palabras y acciones se complementan (y por alguna estúpida razón creen que deben competir con estas personas, lo cual confirma el punto 1 y el 8 que aún no llega), 8) son inseguros y quieren encajar (y por alguna otra estúpida razón sienten que deben encajar), 9) entre otras. Y digo entre otras porque si seguimos desmontando (ah mira que cosa, si es un desmontaje) a estos personajes no terminaríamos la lista nunca. Pero más que todo, la razón más importante de todas, es que todos sufren de una alienación enorme, tan grande que pareciera que viene del vientre materno, porque no la sueltan ni que les digan, ni que se miren en el espejo y vean que es verdad.

Yo te digo, no se tú, pero yo prefiero un malo conocido que un bueno por conocer. Yo tengo mi visión de la vida, de la sociedad, de las clases, de la política, del amor, de la fe, de la amistad, de la familia, pero antes que nada, tengo una regla que aplica a todo en mi vida, y es que te quieras, te aceptes y te respetes a ti mismo. Eso incluye aceptar tus alienaciones, como yo acepto las mías y tantos otros las suyas. Eso incluye tratar de mejorar cada día porque nadie es perfecto. Pero por sobre todo incluye asumir (palabra muy de moda entre los colectivos, organizaciones y movimientos políticos, pero que, extrañamente, nadie lleva a cabo) quién eres y cómo eres. Eso significa que si para ti la estafa es una manera de vida lo digas abiertamente, no que me estafes y luego con una sofisticada excusa me “hagas ver” que no lo hiciste nunca. Significa que si no eres un tipo fiel y vives tirando por ahí, le des la oportunidad a las jevitas de escoger si quieren que se las cojan y las boten o no (créelo, hay muchas que tripean eso). Significa que si por mi empleo y mi cargo me calo todo, no voy a ir por ahí diciendo que me dan vergüenza las personas que no se atreven a renunciar porque tienen gastos que pagar. Significa que si traicionaré a ti y a todos los tuyos por llegar a donde quiero, no voy a ir pregonando sobre la igualdad, la amistad, el respeto, la tolerancia, etc.

Tus valores, tu opiniones, tus actitudes, tu manera de vivir, tu política, tu vida amorosa, familiar, amistosa, etc, son tuyas, nadie es quién para decirte que haces mal o no, a menos que los estés jodiendo con lo que haces. De otra manera, vive tu vida, deja la falsedad y asume quién eres. Sabes bien que cuando dices algo que no haces, lo dices porque quieres agradar a otros. Entonces pregúntate, vale la pena un grupo, organización o lo que sea, que no te acepte por quién eres? Y si tu respuesta es un patético “sí”, entonces te lanzo otra: crees que la gente no se da cuenta de que tus palabras van por un lado y tus acciones por otro? Porque te diré algo, no sólo sí se dan cuenta, sino que también hablan de ti a tus espaldas, te muestran un falso respeto porque les aburre siquiera pensar tratar de hacer entrar en razón a alguien obviamente tan cuadrado en sus pensamientos, se burlan de ti y buscan la manera de atraparte como tú les has atrapado a ellos. Si fuera yo, no me importara, pero yo puedo poner mi boca donde mi culo está, están bien limpios los dos. En cambio, en estas personas, el que dirán lo es todo, y lo peor es que lo saben, viven atormentados y ahogándose en más mentiras para poder seguir encajando y compitiendo en un mundo que te hace idiota por tonterías.

Triste la vida del falso, porque no engaña a nadie, sólo a si mismo.


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