Hace mucho que no escribo, y creo que es porque he
estado intentando cambiar mi modo de vivir un poco. Sin que eso signifique que
piense que la palabra escrita es innecesaria, más bien, para mi, es
indispensable, porque es la única manera que encuentro de sacar las ideas que
se quedan, monotemáticamente en mi cabeza. O sea, que si no escribo me vuelvo
loca.
Sin embargo, embelesada con mi nueva casa en la
montaña, lo más rural que me he permitido en mi vida, me he concentrado en hacer
de este espacio mi lugar especial, mi mundo propio donde toda la mierda del
sistema, si bien aún me toca, no me afecta hasta en cuando cago como me pasaba
antes.
Así que hoy, después de más de 6 meses, vuelvo a
expresarme por acá, y no sé si el tema del que quiero escribirles es un
desmontaje o si simplemente es mi opinión, y ese tema es acerca de aquellas
personas que andan regadas por la vida.
Estoy segura de que todos ustedes conocen personas
como estas. Se trata de la típica (por ejemplo) mujer que te dice que cuida su
figura pero que traga papitas fritas como loca. O el tipo que dice a los 4
vientos cuánto ama a su mujer pero de repente te lo encuentras en el lugar
menos esperado con otra tipa. O la jevita que te dice que te cuides de los
chismosos pero es la primera que te pide el chisme del momento y te cuenta
enterita la vida de los demás. Son personas que, como dice un dicho, no saben
poner el culo donde su boca está. O también habrás oído la expresión de no
dañar con los pies lo que hiciste con las manos.
No se trata de las acciones en específico, yo no te
voy a decir, creo que ni a recomendar (al menos en este artículo) como vivir tu
vida. Se trata más bien de qué hay en las cabezas de estas personas para ir con
sus palabras en una dirección y con sus acciones en otra.
Quizá se trate de que no saben que lo están haciendo,
verdad? Así que, en teoría, si les hacer ver que sus acciones van en contra de
sus palabras, entrarán en razón y harán una cosa o la otra. Pero si de eso se
tratara este artículo el problema estaría resuelto y terminaría aquí hasta la
próxima no? Y aquellos que de vez en cuando me leen saben que ni de casualidad
son tan cortos mis escritos. Así que enfoquémonos en los personajes que cuando
les muestras su ambigüedad palabra/acción, te dicen que no es cierto, o con una
rebuscada excusa te explican el porque sus acciones son correctas y perfectas.
Mis favoritos son aquellos que sin explicación alguna
simplemente te dicen que estás equivocado y hasta se molestan por lo que les
dices. También hay los que condescendientemente te dicen que es verdad y que lo
tomarán en cuenta, significando esto que te laves tu culo. Y están los que con
una maraña de retórica voltean todo lo que dices y hasta te hacen quedar como
que malo, malpensado, envidioso, entre otros, eres. Y bueno, habrán miles de
tipos más que con el tiempo me comentarán. En todos los casos, la fea verdad es
que estas personas 1) no saben quiénes son realmente, 2) saben o creen que lo
que hacen está mal pero no saben cómo dejar de hacerlo, 3) racionalizan sus
acciones hasta la muerte (esto es, justificar con todos los grados de
separación necesarios el porqué sus acciones son válidas si ellos las realizan
pero no si lo hacen otros), 4) son desconsiderados y/o hipócritas, 5) no son
capaces de hacer los sacrificios necesarios para vivir como dicen se debe
vivir, 6) realmente no creen lo que dicen pero sienten que diciendo lo que
otros quieren oír llegarán más lejos más rápido, 7) saben que no pueden
competir con aquellos cuyas palabras y acciones se complementan (y por alguna
estúpida razón creen que deben competir con estas personas, lo cual confirma el
punto 1 y el 8 que aún no llega), 8) son inseguros y quieren encajar (y por
alguna otra estúpida razón sienten que deben encajar), 9) entre otras. Y digo
entre otras porque si seguimos desmontando (ah mira que cosa, si es un
desmontaje) a estos personajes no terminaríamos la lista nunca. Pero más que
todo, la razón más importante de todas, es que todos sufren de una alienación
enorme, tan grande que pareciera que viene del vientre materno, porque no la
sueltan ni que les digan, ni que se miren en el espejo y vean que es verdad.
Yo te digo, no se tú, pero yo prefiero un malo
conocido que un bueno por conocer. Yo tengo mi visión de la vida, de la
sociedad, de las clases, de la política, del amor, de la fe, de la amistad, de
la familia, pero antes que nada, tengo una regla que aplica a todo en mi vida,
y es que te quieras, te aceptes y te respetes a ti mismo. Eso incluye aceptar
tus alienaciones, como yo acepto las mías y tantos otros las suyas. Eso incluye
tratar de mejorar cada día porque nadie es perfecto. Pero por sobre todo
incluye asumir (palabra muy de moda entre los colectivos, organizaciones y
movimientos políticos, pero que, extrañamente, nadie lleva a cabo) quién eres y
cómo eres. Eso significa que si para ti la estafa es una manera de vida lo
digas abiertamente, no que me estafes y luego con una sofisticada excusa me
“hagas ver” que no lo hiciste nunca. Significa que si no eres un tipo fiel y
vives tirando por ahí, le des la oportunidad a las jevitas de escoger si
quieren que se las cojan y las boten o no (créelo, hay muchas que tripean eso).
Significa que si por mi empleo y mi cargo me calo todo, no voy a ir por ahí
diciendo que me dan vergüenza las personas que no se atreven a renunciar porque
tienen gastos que pagar. Significa que si traicionaré a ti y a todos los tuyos
por llegar a donde quiero, no voy a ir pregonando sobre la igualdad, la
amistad, el respeto, la tolerancia, etc.
Tus valores, tu opiniones, tus actitudes, tu manera de
vivir, tu política, tu vida amorosa, familiar, amistosa, etc, son tuyas, nadie
es quién para decirte que haces mal o no, a menos que los estés jodiendo con lo
que haces. De otra manera, vive tu vida, deja la falsedad y asume quién eres.
Sabes bien que cuando dices algo que no haces, lo dices porque quieres agradar
a otros. Entonces pregúntate, vale la pena un grupo, organización o lo que sea,
que no te acepte por quién eres? Y si tu respuesta es un patético “sí”,
entonces te lanzo otra: crees que la gente no se da cuenta de que tus palabras
van por un lado y tus acciones por otro? Porque te diré algo, no sólo sí se dan
cuenta, sino que también hablan de ti a tus espaldas, te muestran un falso respeto
porque les aburre siquiera pensar tratar de hacer entrar en razón a alguien
obviamente tan cuadrado en sus pensamientos, se burlan de ti y buscan la manera
de atraparte como tú les has atrapado a ellos. Si fuera yo, no me importara,
pero yo puedo poner mi boca donde mi culo está, están bien limpios los dos. En
cambio, en estas personas, el que dirán lo es todo, y lo peor es que lo saben,
viven atormentados y ahogándose en más mentiras para poder seguir encajando y
compitiendo en un mundo que te hace idiota por tonterías.
Triste la vida del falso, porque no engaña a nadie,
sólo a si mismo.
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