Si hay algo que nadie en Venezuela puede negar, es que aquí hay dos bandos. Y así digas que eres “apolítico”, “neutral”, “ni-ni”, o como le quieras llamar, no puedes negar que te identificas más con un lado que con otro. Es así en todos los casos de la vida, hay tonos de gris, pero ninguno es el gris que está en todo el medio del negro y el blanco.
Eso es casi ciencia pues.
Nadie puede negarlo. Lo que creo que nadie sabe bien del todo, es de qué lado
del lado que está se está. Me sigues? O sea, que si eres de la derecha, no
sabemos en qué parte de la derecha estás. Y, que es el caso que me conduce a
estas letras, los que somos de la izquierda apenas si sabemos en qué parte de
la izquierda realmente estamos.
Yo estoy tan a la izquierda
que ya casi me salgo de la línea. Tan a la izquierda que los términos Chavista,
Revolucionaria, Socialista, Comunista o cualquier otra con la que en los
últimos 13 años (en mi caso) hemos (he) definido las corrientes de izquierda
que están sucediendo aquí.
Como tantos otros que son así.
Tan a la izquierda que la centro-izquierda o los otros 30 grados de izquierda
no dudarían en meternos presos a todos, desaparecernos, porque somos, para
ellos, más un problema que un beneficio.
Yo le llamo Chavistas a ese
poco e coño e su madre que gracias a que Chávez es el jefe de gobierno, el
paranpanpan de todo este peo, se aprovechan por betas afectivos que tienen con
él (o estratégicos, aunque dentro de mi corazón espero que sea afecto) para
hacer y deshacer cuanta mierda les venga en gana, siempre en beneficio
personal. Les llamo Chavistas a los mismos a los que hace esos mismos 13 años
(y hasta menos), les llamábamos Adecos y Copeyanos. Les llamo Chavistas a los jalabolas
que lo único que creen y que les interesa de la Revolución es coronar
una mejor casa, un mejor carro, un mejor cargo y no se dan cuenta de que siguen
siendo esclavos de un puto sistema que te explota y te sustrae la vida como los
bancos te sustraen tu dinero pa invertirlo en lo que quieran cuando les venga
en gana. Les llamo Chavistas a los que quieren todos los beneficios de la Revolución pero que no
están dispuestos a trabajar por ellos, ni para cuidarse sus propios culos. Y en
una menor y pequeñísima escala, son (hasta diría somos) Chavistas los que
apoyan, respetan y siguen a Chávez, ideológicamente hablando, o sea, no en la
acción.
Socialistas les llamo a esos
intelectuales, sobre todo y obviamente, los sociólogos “izquierdistas”, que
aunque no se identifican con la clase obrera (bien sea porque no pertenecieron
nunca a ella o porque ya les “olvidó”), se sienten en potestad de hablar sobre
ella, como objeto de estudio. No es que tengan mala intención, pero
definitivamente no tienen ningún interés en el equilibrio de las clases.
Socialismo es ofrecer beneficios a las clases más necesitadas, pero de ninguna
manera es equipararlas a las clases más altas; es cubrir todas las necesidades
básicas, aumentar las oportunidades para que cada vez más personas tengan
acceso a los diferentes bienes y servicios, de 1ra necesidad o no. El
socialismo, aunque le da tres patadas por ese culo al capitalismo, y
definitivamente, es una mejor opción que aquel, sólo profundiza el consumismo,
la cultura del despilfarro y de la compra de objetos inútiles que mientras más
poder adquisitivo tenemos, más y “mejores” inventos nos ofrecen para gastar el
dinero que nos ganamos. No enseñan pues, a ahorrar, ni mucho menos a volver a
lo esencial. El socialismo es, a gran escala, como los 100 millones de dólares
que al año dona Bill Gates a diferentes caridades, es bonito, pero no resuelve
el problema. Es caridad, obligada o no, de los que tienen más hacia los que
tienen menos.
Comunistas les llamo a los que
son en su mayoría, pro igualdad. Ahí me gusta más la cosa. Y si esta gente
común que cree en el comunismo fueran los comunistas que rigen el mundo, creo
que esa sería la corriente con la que más me identificaría. Lo que pasa es que
en un mundo donde existe el dinero no es posible no aferrarse a él, no usarlo
como tabla de flotación y resistencia, y ahí es donde falla el comunismo, en el
aún hacer uso del dinero para su subsistencia. Entonces en un país comunista
como Cuba, donde hace falta el dinero, el bloqueo los afecta terriblemente, les
evita tener una “mejor calidad de vida”. Eso si tomamos en cuenta lo que la
sociedad actual entiende por “progreso”: tener cosas. Entonces mucha gente en
Cuba así apoye a Fidel se sienten frustrados porque no tienen un poco e vainas
que en otros países sí tenemos y esa frustración no permite que el comunismo
florezca porque la gente se queda pensando en las vainas que no tiene y que
quiere tener, sin pensar que han pasado quién sabe cuántos años sin necesitar
eso mismo que quieren. Entonces, en la práctica, el comunismo no ha funcionado
porque aparte el liberalismo te ha enseñado que tú deberías hacer lo que te
venga en gana, así que si en China te dicen que sólo puedes tener 2 hijos, que
todos tus muertos debes cremarlos y tal, te sientes preso, sin pensar que eso
es lo mejor para el colectivo. Como somos egoístas por naturaleza, el comunismo
se hace antinatural.
Creo que los revolucionarios
son una raza en ascenso, donde entran las 3 corrientes políticas de las que
hablé anteriormente, sin embargo me cuido mucho de asumir que revolución=bueno
porque recordemos que la revolución industrial fue el punto de partida de la
intensificación de las diferencias sociales al sustituir al hombre por
máquinas, abriendo cada vez más la brecha entre las clases sociales, y
desencadenar despidos masivos de trabajadores y trabajadoras, crisis económicas
y sociales, huelgas y disturbios, etc. Entonces para mi es indispensable
recordarme a mi misma (porque no soy profesora enseñándote lo que tienes que
saber, soy una jevita que converso contigo de un poco e peos en mi cabeza) que
revolución, en el sentido más literalmente moderno de la palabra es “cambio
radical de algo”, una revolución climática, por ejemplo, estamos pasando ahora,
con la gran cantidad de desastres naturales que se están dando en el mundo como
consecuencia de nuestros usos de los recursos. Y esto por ejemplo, es
indiferente de capitalistas, comunistas o socialistas: estamos jodiendo el
ambiente. Unos más que otros, pero ninguno estamos salvando nada sino matando.
Entonces se me hace difícil
sentir que la revolución, como único elemento de cambio, es la “solución” (no
creo que una solución como tal sea posible, porque como comenté en otro texto,
tendríamos que volver a nacer pa arreglar esta pea), a menos que se
estableciera, por ejemplo, un espectro, un ámbito único de acción de la
revolución.
Una revolución en el sistema
actual. Esta revolución eliminaría el dinero y establecería tu actividad
productiva como tu “dinero”. Pagas con saberes, te pagan con saberes. Una
revolución en la educación: clases prácticas de asuntos que realmente
necesitaremos en nuestra vida (caza, pesca, cualquier saber pues),
personalizados, porque creo que ya sabemos el resultado de un maestro frente a
20 carajos dando una clase magistral (caletre puro pues), donde no te den un
papel porque, de qué carajo sirve eso?
Y no sé, en mi loca mente, en
esta cabeza, por ahí iría la cosa. Y, como digo siempre, yo no tengo la verdad,
yo tengo una opinión, y todos estamos en momentos tan diferentes de nuestros
procesos como diferentes edades tenemos.
Y en mi loca mente, creo
firmemente que los pelúos, los feos, los marginales, los pobretones, los
negros, los indios, los mestizos, somos el futuro. De repente claro, como
todos, tenemos mil alienaciones, pero tenemos algo muy especial, y es que no
creemos en nadie. No creemos en este sistema en el que vivimos, no termina de
calar en nuestras cabezas lo de que “estudia, y trabaja, y gradúate, y cásate,
y ten hijos, y cómprate un carro, y progresa…”. Algo no cuadra bien, y ese algo
que no calza es lo que hace que a Comunistas y Socialistas, de Izquierdas
centrales o de Derechas Endógenas, Ministros Chavistas o Canales de la Revolución, sigamos
pintándoles una paloma a todos, porque no creemos en su discurso, no creemos en
su Revolución, no creemos en su nueva forma de sistema porque sigue siendo un
sistema al fin, impuesto y representativo. Y sobre todo, estamos es con Chávez
mientras que esté con nosotros, y todos los demás que se mamen un guevo.
Somos l@s fe@s, y no creemos
en sistemas preestablecidos. Y no nos vamos para ninguna parte. Y no nos vamos
a cortar el pelo, ni a ponernos bonitos, ni a jalarle bolas a nadie. Se montan
o se encaraman!
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