miércoles, 1 de octubre de 2008

Drogadicta yo? (I)


Qué pensaría usted, que está leyendo, si le digo que muchos de los artículos que escribo a diario los hago bajo la influencia de sustancias estupefacientes? Que la reacción química que provocan en mi cuerpo incentiva mi imaginación para crear escritos de los más diversos temas cada vez?

Le recomiendo que antes de responderse a si mismo esta interrogante tenga la bondad de leer el resto del material que escribo.

La verdad? Soy una mujer negra de 25 años de edad. Tres cosas en mi contra: mujer, negra, joven. Escritora desde los 17 años más o menos, al tiempo que me empezaban a estudiar por una enfermedad que posteriormente se descubriría se llama Feocromocitoma, tumor ubicado en la glándula suprarrenal que ocasiona exceso de catecolaminas en la sangre, lo cual produce exceso de adrenalina e hipertensión arterial.

Una pequeña introducción para que me conozcan. Otra verdad? Consumidora confesa de cannabis sativa, hace aproximadamente tres años, o quizás un poco más. Autodidacta del inglés, diseño, costura, confección, computación y todo lo que se me pare enfrente. Secretaria de oficio, creativa de vocación. Con 3er semestre aprobado de publicidad y mercadeo en un colegio universitario público de Caracas. Califique por prueba interna. Índice académico muy bajo, por debajo de 60. Conocimientos de administración, finanzas, legal, mercadeo, publicidad, tecnología…

Pero quizás, para muchos de ustedes o, juzgando por el target que me imagino me lee, algunos pocos de ustedes están estancados en una palabra: marihuanera, drogadicta.

No me gusta llamar a las drogas “droga”, porque me parece que suena atemorizante y sombrío, sin embargo sé que eso simplemente se debe al hecho cultural de que por siglos se le ha llamado “droga” a aquellas sustancias que al ser ingeridas crean en su usuario diferentes sensaciones que por lo general implican un cambio de humor y de visión del momento.

Lo de “estupefacientes”, no sé si estaré en lo correcto pero me suena a estúpido, y si bien en algunas personas definitivamente tienen ese efecto –aunque me temo que en muchas ocasiones eso se debe más a la verdadera personalidad de la persona que a un cambio debido a una sustancia-, diré que en las que yo conozco, al menos, no es así –indico nuevamente, salvo algunas excepciones-

Así que prefiero llamarles sustancias. Pero en fin, para muchos, una drogadicta más. Para mí, una persona normal que disfruta sus momentos fumando un porro que me relaja y a la vez me activa.

Me resulta bastante interesante el comportamiento de muchas personas al respecto de estos aspectos, de cómo toman el consumo de sustancias estupefacientes y que piensan de él. Me resulta interesante porque yo, ahora usuaria, alguna vez estuve en contra del uso de cualquier sustancia que cambiara el estado mental de sus usuarios.

Y ahora me doy cuenta lo hipócrita que fui. Lo cerrada de mente y lo necia al pensar que porque yo pensaba de una manera esa era la verdad absoluta para todas las cosas. Porque así me enseño papa y mama.

Cuál es la diferencia, entre usted, un señor de 40, padre de 3, con un trabajo en una multinacional en un cargo de mediana responsabilidad y un salario decente, y yo? O cual es la diferencia entre usted, señora de 56, ama de casa con algunos achaques de la menopausia, y yo? Serán las épocas? No creo, la mayoría de las sustancias han estado ahí desde tiempos ancestrales. Claro que para muchos, mi mama incluida, yo solo hablo de esta manera porque como consumo tengo que defenderme por lo que hago.

No creo necesitar defensa, ni yo, ni muchas de las personas que conozco que consumen diferentes sustancias así como usted toma curda o bebe café. Me imagino que la diferencia radica en la legalidad de las sustancias.

El cigarrillo está clínicamente comprobado que incrementa las posibilidades de padecer cáncer de pulmón, garganta, e incluso otros órganos, tanto para fumadores como para no fumadores. Sin embargo es legal. Las bebidas alcohólicas, buenas causantes de cirrosis hepática y otros daños al hígado, también son legales. El café y el te contienen cafeína, que crean sensación de bienestar y mantienen en estado de alerta a la persona que lo consume. Legal, también. Alimentos vendidos en locales como McDonald’s y otros de comida rápidas utilizan las llamadas grasas trans, bien sabidas que dañan enormemente al organismo al ser incluso más perjudiciales que las grasas saturadas y que el colesterol malos. No he visto a nadie enjuiciar a McDonald’s por eso… Azúcar de dieta como Equal incluye aspartame, cuya ingesta en exceso crea problemas serios de salud que pueden incluir cáncer, dolores de cabeza y pérdida de memoria (se supone que tanto grasas trans como aspartame ya no se usan por la salud de los usuarios, pero, de verdad creen que es cierto eso?)… me pone dos sobrecitos de equal por favor?

Cuando dije que fui hipócrita lo dije por eso. Como bien dice una canción que conozco, “tú has chocado por borracho, no has chocado por fumar, terminaste confundido con ganas de vomitar”. Cada sustancia que se consuma tiene sus pro y tiene sus contra. Si tomas demasiada leche corres el riesgo de que te salga cálculo en el riñón por exceso de calcio, al igual que si tomas demasiado puedes cometer un accidente. Rechazamos sustancias no por la sensación que nos producen, sino por el miedo de que son ilegales. Si le digo que todos mis escritos los hago estando alcoholizada no le parecerá tan mal que si le digo que los hago fumada. Pero si es lo mismo! De hecho, son mayores las implicaciones negativas de la ingesta de alcohol que de la ingesta de marihuana, por ejemplo.

Así que si, se trata de hipocresía, de pensar que porque no es legal es malo para ti. Muchas cosas legales son malas para ti y las consumes, como ya bien mencione algunas arriba. Cuando no consumía les decía también drogadictos, pero cada viernes me emborrachaba hasta no poder con mi alma en una discoteca con mis amigas, sin tener idea de quién me tocaba y quién no. Así, hasta las metras, me daban asco esos drogadictos que andaban por ahí. Hasta le di un ultimátum a mi novio, que se dejara de eso o terminábamos. Tonta de mí. Tonto y maravilloso de él que me dio gusto.

Poco a poco y conociendo a gente me di cuenta no solo de que no los convertía en zombis incapaces de desarrollarse y que iban por la vida en una espiral autodestructiva que terminaría inevitablemente en muerte a manos de una jeringa llena de hache, sino de que estas eran personas maravillosas, artísticas y llenas de vida y de buena vibra. Ni hablar cuando me di cuenta de que una patada de un porro alejaba las nauseas de mí y me permitía comer de una manera relativamente normal.

Así que por un amigo comencé a fumar, y las primeras veces que fume, fue de tripeo, para sentir la nota, y volar un rato. Hoy, más de tres años después, siento la nota, evito las nauseas y mareos provenientes de un tumor que para mi desgracia no se deja extirpar, me relajo y bajo mi tensión, y me quito cualquier inhibición para escribir, diseñar graficas, hacer ropa, para crear. Porque, al menos por mí, eso es lo que las sustancias hacen, me ayudan a crear, a dejar volar mi mente que bien usted sabrá que está llena de limitaciones de la vida cotidiana.

Leí un libro alguna vez, “mas adicto será usted”. En él se explicaba un poco los inicios de todo lo que llamamos droga, de cómo al principio eran sustancias utilizadas por las poblaciones populares y de bajos recursos y como inclusive en ese entonces se quiso culpar a la raza negra de ello. También hablaba de cómo los indígenas, los chamanes, consumían estas sustancias como parte de un ritual religioso que los ayudaba a llegar a un punto más alto del nivel terrenal.

Todo esto es cierto. Sabía usted que la coca cola se llama de esa manera porque uno de sus ingredientes es la cocaína? Claro, siempre nos dirán que desde que se declaro ilegal retiraron el componente de sus productos, pero porque será que sentimos esa sensación de bienestar cada vez que bebemos una? Como puede usted observar, las sustancias son un elemento más de nuestra vida. No voy a decir que consuman lo que sea siempre que sea con moderación, porque la verdad es que tampoco es tan así la cosa. Ciertamente hay sustancias que te destruyen desde el mismo primer momento en que la consumes, pero hay algunas otras en cuyos casos son consumibles con prudencia y control.

Así que, si se da cuenta, todos somos adictos. Drogadictos, si a eso vamos, porque la realidad es que droga es toda aquella sustancia que ocasiona cambios químicos y/o psicológicos al ser consumidas, y que al tener un uso sostenido producen adicción. Sabía usted que está científicamente comprobado que la marihuana no es adictiva? Sabía que tiene usos medicinales altamente conocidos?

A que es adicto usted? Mi madre no puede pasar una mañana de su vida sin tomar café. Le duele el cuerpo, la cabeza, se pone de mal humor si no se toma su café de la mañana. No es eso adicción? Yo creo que sí.

Si sus adicciones son mayores o menores que las mías, ese si es otro punto. El hecho es que cada quien convive con sus hábitos, que es como yo lo llamaría, más que adicciones. Usted se cae a birras todos los viernes, yo me fumo un joint todos los días. Y aun así funcionamos. Usted en su oficina y yo en la mía. Drogadictos funcionales, podrían llamarnos, y a usted le gustaría que le dijeran así? Seguro que no. A mí, tampoco.

Drogadicta yo? Para nada! Aunque preferentemente consumidora de sustancias, ilegales, pero igual de peligrosas/beneficiosas que las que toma usted. Si estamos en un país libre y democrático, porque no democratizar el consumo también? Estoy casi segura de que el consumo desenfrenado disminuiría si se legalizara el consumo, o es que ustedes no ven que a la gente mientras más le prohíbes mas quiere hacerlo? Es así de sencillo, creo que muchas de las personas que consumimos sustancias para entretenernos, o para pensar, o para relajarnos, o para lo que sea, tenemos entendimiento y personalidad suficiente para resistir las tentaciones de la vida, que es como las demás lo llaman. No es tentación señores, es tan normal como una birra, tan sabroso como el café, y tan satisfactorio como una coca cola, solo que nosotros no nos engañamos a nosotros mismos con el asunto de la legalidad o no.

Drogadicta yo? Definitivamente no, o si, y a mucha honra, dependiendo de quién me lo pregunte. Para mí la naturaleza no puede hacerte daño, y mi sustancia proviene de ahí, de la naturaleza.

Señores, abramos los ojos, sustancia es sustancia, y legal o no, su utilización radica, y siempre radicara en una sola cosa: te sientes en la capacidad para hacerlo? Lo haces porque quieres hacerlo y no porque los demás te obligan? Te sientes bien física y psicológicamente después de hacerlo? Deseas hacerlo de nuevo? Cuando te respondas estas preguntas, y quedes satisfecho con la respuesta, dale, experimenta, tripea, pero no te vuelvas loco, para que no seas simplemente, un drogadicto más.

Drogadicta yo? Por supuesto! De vida, de amor, de creatividad y de que me importa un bledo eso que puedan decir de mi. Drogadicto usted!



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