viernes, 10 de octubre de 2008

Tratados de vida

La vida se basa en tratados. Durante todo el tiempo que pasamos morosamente ocupando el planeta tierra, viviendo pues, llevamos a cabo  miles de actividades,  la mayoría de común acuerdo con otras personas. Es decir, hacemos tratos. Tratos de negocios, para comprar, para vender, para comer, para trabajar, para viajar… bien pareciera que la vida se trata de una transacción eterna entre las personas y su entorno, porque pasamos todo nuestro tiempo negociando los términos en los cuales viviremos nuestra vida, haciendo tratos para no salir heridos, o para salir ganando, o para ayudar, o para que nos ayuden a nosotros.

La vida es entonces, una transacción constante entre nosotros y todo lo que nos rodea, y tal cual como un tratado manejamos nuestras vida, por lo que es algo de lo más común que, como en todo trato  mercantilista, se nos olvide leer las letras pequeñas, que es donde de verdad podemos obtener los detalles reales de las transacciones que llevamos a cabo, pero en la emoción del momento se nos pasa, y olvídate de que te van pedir que leas las letras pequeñas!  Y entonces pasa algo más o menos así:

- Epa ya va! Esto yo no lo sabía!
- Mmm, si, pero eso estaba  en el trato, o es que no te acuerdas?
- la verdad es que no… no recuerdo haber leído eso en nuestro acuerdo…
- bueno pero ya ves, así son las cosas, y si no las querías así, tenias que decirlo antes de firmar
- pero es que antes de firmar yo no vi el riesgo de que eso podía pasar, digo, no lo leí en ninguna parte…
- claro, es que no leíste las letras pequeñas… Pero bueno, no podemos hacernos responsables por eso. Contrato es contrato, hayas leído o no las letras pequeñas…

Les parece conocida la situación? Claro, porque uno se siente como un imbécil… sabes? Porque tienes la buena fe de dejar todas tus inseguridades y tus temores y tus estadísticas a un lado y confiar en esa oportunidad, pensando que solo te va a traer beneficios  y felicidad, y resulta que la cosa no sale como tú la planeaste. Y de paso, cuando vas a reclamar, te salen con una patada y casi que te dicen que todo el peo es culpa tuya… que arrecho…

Pero así son las cosas y así como hay quienes crean tratados beneficiosos para todos, hay también quienes crean tratados beneficiosos para una sola parte. Por eso es que en muchas ocasiones no tenemos confianza, y nos cuesta entregarnos o hacer algunas cosas, porque no tenemos la certeza de que nos vaya a deparar eso, porque la verdad es que la vida y las decisiones son una lotería en la cual no sabemos lo que nos va a tocar, de hecho, nos metemos en eso pensando que saldrá algo maravilloso y terminamos con las tablas en la cabeza. Creo que eso es lo que más pega, el sentimiento de que por hacer una gracia te salió una morisqueta. Piensas que el trato que creaste será beneficioso para todos, y cuando llega el momento y ves que tu no solo no obtienes beneficio alguno, sino que de hecho te ocasionan molestias, sientes que fuiste un imbécil al pensar que los tratos pueden de hecho ser beneficiosos para todas las partes.

Vivimos en socialismo, donde se supone que nuestros deseos y necesidades individuales no deben anteponerse a las del colectivo, pero también se supone que sea una relación simbiótica entre todas las partes, donde todos damos y recibimos, sino en igual medida, sí en igual bienestar. Al menos se supone que así debería ser no?

Por eso es que últimamente he estado pensando en si será buena idea después de todo hacer esos tratos. Digo, a lo mejor si las cosas son de una manera es porque así deben ser no? Sé que eso no se parece a mí, dejar las cosas como están solo porque así son, sin ninguna otra razón. Sé que soy de las que crea tratados para llevar una vida más feliz, donde todas las personas la pasemos bien… pero es que en mi caminar observo, y veo como esos tratados que comienzan bien, como una hermosa democracia, se van convirtiendo poco a poco en una amarga dictadura donde tú haces lo que yo te digo porque si no me dijiste antes como te atreves a decirme ahora… como si uno planeara cuándo no le van a gustar las cosas, con el firme propósito de joderle la vida a los demás…

Quizás el error está en que las letras sean pequeñas. Quizás si desde el primer momento tenemos la honestidad de hacer nuestros tratados de vida dejando bien en claro todos los términos de la transacción. Quizás si se conversan todos los pros y los contras, si hasta nos tomamos un tiempo para pensar, que se yo, quizá así evitemos hacer tratos en los cuales al final solo salimos con un disgusto y el deseo de no negociar jamás con ciertas personas…

Así que tratados, bien, pero dependiendo. De la gente, del asunto, del balance, de todo. El que no arriesga no gana, pero tampoco vamos a arriesgar siempre cuando el enanito dentro de nuestra alma nos lanza un chasquido de “cuidado”. Por lo que imagino, aquí, filosofando sola, como cosa rara, que la base de un buen tratado esta y siempre estará en la ética de las partes. No pongas a hacer un tratado a un gato y un ratón, porque alguien saldrá lastimado… más o menos así deberíamos llevar las cosas… créanme, lo digo por experiencia.

Pero en fin, la vida es un tratado, y de trato en trato vamos, pero deberíamos tomar en cuenta que en los tratos se deben beneficiar todos. Vivimos en socialismo, o al menos eso decimos… y eso es exactamente lo que el socialismo es.


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