Si tuviera que definirme en una palabra, en una sola, que ya exista, creo que sería ecléctica. Esa palabrita si es un invento de estos tiempos, y a grosso modo significa agarrar un poco de aquí y allá y convertirlo en algo nuevo. Desde ese punto de vista imagino que todos lo somos, porque es que nada es nuevo, todo fue inventado ya, y las cosas verdaderamente útiles, proceden de tiempos originarios.
Como las armas de caza, que
poco a poco las fuimos “perfeccionando” (discúlpenme si me río) hasta
convertirlas en armas de guerra. O la ropa, que antes eran sólo las pieles de
los animales cazados en un doble beneficio: proteger del frío y aprovechar a
todo el animal.
Pero no sólo en lo físico y
tangible tiene sus orígenes la “humanidad” (déjenme reírme otra vez). También
en lo sicológico y mental.
Si me has leído antes, y
sobre todo si me conoces un poco, sabes que sí, me las tiro de hippie,
mentalista, vidente o como le quieras llamar. Yo sí me creo burda todo ese peo
de las energías pues. Creo en decretar lo que quieres lograr y vivir como si ya
lo hubieras logrado para que el universo (nuestro padre, o al menos el mío, ya
que yo sí lo creo fervientemente) sepa que estás hablando en serio, y apoye tu
energía pa lograr lo que quieres. Creo fielmente en seguir mis instintos donde
quiera que vaya y sin importar la circunstancia, y las veces que no lo he
hecho, me he demostrado que debí hacerlo.
Pero no quiero agarrar este
texto y hacerlo sobre mi y mis vivencias, porque esto no es una biografía. Te
cuento todo esto porque como bien dice el título, quiero hablarte de metafísica
Revolucionaria, aunque te parezca raro. Y te parecerá raro e incongruente porque
si digo metafísica seguro tú piensas en Conny Méndez, que escribió quién sabe
ya cuántos libritos de bolsillo donde te da “fórmulas mágicas” para que repitas
y el reino humano, animal y vegetal se ponga a tus pies; y si me has leído
sabrás que para mi es imposible poner a ningún reino a nuestros pies porque
quién nos dio el derecho de mandar a quién coño donde…
Entonces déjame explicarte
como lo veo yo. Conoces a Chávez verdad? Te gusta, lo quieres mucho. Aprecias
su labor revolucionaria en el pueblo venezolano. Sabes que está delicado de
salud y quieres verlo mejor. Qué haces? Bueno, puedes ir a la iglesia a rezar,
es válido. Puedes hacer una vigilia afuera de Miraflores. Pero más allá de todo
eso, si de verdad crees que el pana se va a poner bien, dilo. Anda, dilo! Dilo
ahora, decrétalo. Y mantente en eso, pero no con la fuerza de quien se trata de
aprender un caletre, sino con la convicción de quién sabe que es así y que los
que digan lo contrario son unos porfiados. Eso es metafísica.
En tiempos originarios se
hacían danzas y rituales para atraer la lluvia, el sol, la fertilidad en la
aldea, eliminar la enfermedad… Nada de drogas, cero médicos, cero químicos.
Baile, ritual, certeza. Y venía la lluvia. Y venía el sol. Y parían las
mujeres. Pero porqué era? No sólo porque bailaban y la naturaleza les hacía
caso, como afirma Conny en sus libros, sino porque se relacionaban con la
natura, tenían una relación simbiótica verdadera con ella; pero yo diría sobre
todas las cosas que era porque la pachamama sabía. Sabía que le pedían un bien
y que le pagarían con bien, y ella les concedía lo que pedían.
Ahora quizás estás pensando
que estoy loca. Pensarás que los escritos anteriores fueron golpes de suerte y
que la pegué, pero esto, esto es una locura! Y no te culpo por pensar así,
sobre todo si, como Conny, crees que los humanos somos una raza superior que
vino al mundo a controlar y ejercer poder sobre toda cosa “viva, que nade o se
arrastre” o algo así que menciona la biblia.
Al igual que tantos otros
conceptos, la metafísica (aunque seguramente no con ese nombre), existe desde
siempre. Sólo que, como buenos destruidores de todo, la hemos tergiversado
hasta el punto que eso que lees en los libros de Conny es imposible de creer
hasta para mi, que tengo una mente abierta a casi todo.
En la metafísica moderna, que
no por nada se basa en el Cristianismo, que a su vez toma los mismos textos del
Catolicismo, parte del Judaismo y de los Testigos de Jehová (vaya joyitas), se
establece que los humanos somos dueños y señores del universo, que somos la
cúspide de la evolución, evolución que según ella toma 14mil años en cualquier
criatura (vegetal o animal) para que “mejore”, entrando a nuestra especie.
La metafísica moderna se basa
en hacerle saber a todo lo que te rodea que tú mandas, y que su deber,
designado por Dios mismo es obedecerte. Dime tú si yo soy un pobre tomate o un
pobre gusano como puedo siquiera osar a compararme contigo, oh gran ser humano,
enviado por Dios mismo y hecho a su imagen y semejanza para que me digas cuál
es mi propósito en esta vida…
Tú vas a repetir estas oraciones
porque ellas abren las puertas de todo y todo se te concederá. Sí, así mismo.
No trabajes, no te muevas, quédate pegado! El destino se encargará, porque tú
eres Dios y es el destino de todo ser viviente el obedecerte. A esto Conny le
llama “la verdad”. Jua! La verdad. Dime tú pues si esa será la verdad. Si
remotamente se lee como algo que puede ser verdad. Que le vas a decir a un
insecto que se vaya y se va a ir. Ay que si fuera insecto le digo, me habrás
parido tú pa correrme…
Dime tú si ese concepto no es
totalmente sistemático. Yo soy el jefe. Yo mando. Yo soy dueño de todo. Tú
obedece. Esta metafísica que te venden te dice cómo llamar el dinero, cuales
oraciones harán que te llenes de prosperidad. Esta metafísica te dice que si
naciste pobre es porque tú mismo te lo buscaste. Esta metafísica te invita a
repetir oraciones como imbécil y a quedarte sentado esperando los resultados,
mientras Conny (o bueno, ahora los herederos de Conny) se llenan de lucas a
costa tuya, que buscas una manera espiritual de afrontar tu vida, porque sabes
que la vida es más que lo material, y las religiones que existen no te
convencen.
La metafísica ancestral, y la
que quiero que conozcas y uses, es distinta. Es inmaterial, se basa en la
verdadera energía, que emerge del centro de ti, de tú núcleo y te conecta a
niveles íntimos con la naturaleza. En el momento en el que te conectas
verdaderamente con tu yo interno, te estás conectando con la naturaleza, porque
tu yo interno es ella dentro de ti. Es ese pedacito de partícula que compartes
a nivel esencial con toda cosa viva sobre la tierra. En ese momento, te
conectas con todo eso, incluyéndome.
Lo que pasa es que la
metafísica ancestral es una vaina seria, no es juego de carritos. Ella no
existe para ayudarte a ganar lucas, ni a cuadrarte un culito. No existe pa que
corones un carro del año, ni pa que la jeva que te cogiste sin condón no salga
preñada. No sirve para idioteces pues. De las idioteces se encarga el sistema.
Él fue creado pa eso. Pa idiotizarte. En tanto la metafísica está hecha pa
centrarte. Pa que te pongas las pilas y no te quedes pegado.
La metafísica te ayuda a
seguir adelante. Te da una razón y fuerza para seguir luchando a pesar de tanto
becerrón que hay por ahí. Porqué? Porque entre tantos fantasmas y brujas
pachamama necesita que no te canses, que sigas luchando. Por eso si eres
revolucionario, activista, socialista, comunista, o simplemente y como yo,
antisistema, te invito a que practiques la metafísica revolucionaria. Yo lo
hago. Sin ella me volvería loca viendo cuantos mamaguevos (y me perdonan el
lenguaje, pero no hay palabra que los defina mejor) que se hacen llamar
“revolucionarios” no son mas que chavistas de ocasión que les da lo mismo
vestir el rojo que el verde o el blanco.
Metafísica revolucionaria es
actuar con bien hacia la clase. Hacia tu clase. Porque en tiempos originarios
en que sólo había tribus y cada cual estaba en lo suyo y nadie atacaba a nadie,
las clases no existían, nadie se tenía que defender de nadie. Así que cuando
eso la metafísica era actuar con bien hacia todo aquel, porque no había
diferencias como ahora. Ahora no puedes actuar con bien, por ejemplo, hacia los
ricos, porque lo usan en tu contra y más bien te esclavizan más. Por eso les
llamamos desclasados, porque están del lado que no es, del lado al que le
conviene que ellos estén jodidos. Entonces, en metafísica revolucionaria tú no
sólo te deseas el bien a ti y a los tuyos, sino a todos los que son como tú,
porque entiendes que si ellos están bien tu estás bien.
Metafísica en revolución es
poner la mente y la intención al servicio de la labor que estamos haciendo. Es
decretar y luchar por el bienestar y cambio que se quiere. Es decretar y luchar
contra los becerros que te quieren joder, y tener la convicción de que vamos a
vencerlos, de que no pasarán y de que aquí no se rinde nadie. Metafísica en revolución
es lo que nos sigue manteniendo aquí después de 13 años a pesar de tanto falso
que no se define marisco o molusco, de tanto adeco disfrazado de socialista.
Metafísica en tiempos de revolución es no perder el tiempo jodiendo al que es
como tú y que aunque se diferencia en varias cosas está en la misma lucha.
Metafísica en tiempos de revolución es tener la convicción de que viviremos y
venceremos, pero más allá de la simple convicción, y sobre todo en tiempos
modernos donde no podemos todos salir a danzar para que mueran los fascistas,
es ponernos manos a la obra sin retroceder jamás, sin permitirnos desfallecer,
sin dejarnos amilanar, porque sabemos de antemano, que con el universo nuestro
padre y con pachamama nuestra madre, no hay pérdida que sea posible, a menos
que nosotros mismos la propiciemos.
Y metafísica en tiempos de
revolución es, sobre todo, asumir eso, que somos pueblo, que tenemos la fuerza
y el poder, y que si no lo logramos, es por causa nuestra, porque nos dejamos
vencer, nos dejamos comprar y olvidamos los fundamentos originarios de nuestra
especie, que en épocas anteriores, y sin ninguna actriz que del día a la noche
se hizo maestra (Conny), ya sabía los poderes tan extraordinarios que tenían
nuestras mentes. Y por nuestras mentes me refiero a todas, no sólo las humanas.
Aunque todos los seres
humanos no estemos tan avanzados para poner en práctica la metafísica (porque
animales y plantas te aseguro que si la practican y es por eso que los menos
evolucionados realmente somos nosotros), lo cual hace que obviamente ella no
tenga el efecto completo que debería tener, los que la conocemos y la
practicamos sigamos haciéndolo, y si tú que me lees no lo haces, trata de
empezar, no sólo te sentirás mejor dentro de ti, lo que te impulsará a luchar y
trabajar por este proceso con más fuerza, sino que observarás que puedes
“infectar del virus” en otros de tu clase, que entrarán en contacto con su yo
interno, y así con la naturaleza. Y un alma en contacto con su yo interno
dentro de la naturaleza ya no tiene vuelta atrás…
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