martes, 1 de mayo de 2012

Chavismo, Revolución, Socialismo, Comunismo o que coñísimo de su madre?


Si hay algo que nadie en Venezuela puede negar, es que aquí hay dos bandos. Y así digas que eres “apolítico”, “neutral”, “ni-ni”, o como le quieras llamar, no puedes negar que te identificas más con un lado que con otro. Es así en todos los casos de la vida, hay tonos de gris, pero ninguno es el gris que está en todo el medio del negro y el blanco.

Eso es casi ciencia pues. Nadie puede negarlo. Lo que creo que nadie sabe bien del todo, es de qué lado del lado que está se está. Me sigues? O sea, que si eres de la derecha, no sabemos en qué parte de la derecha estás. Y, que es el caso que me conduce a estas letras, los que somos de la izquierda apenas si sabemos en qué parte de la izquierda realmente estamos.

Yo estoy tan a la izquierda que ya casi me salgo de la línea. Tan a la izquierda que los términos Chavista, Revolucionaria, Socialista, Comunista o cualquier otra con la que en los últimos 13 años (en mi caso) hemos (he) definido las corrientes de izquierda que están sucediendo aquí.

Como tantos otros que son así. Tan a la izquierda que la centro-izquierda o los otros 30 grados de izquierda no dudarían en meternos presos a todos, desaparecernos, porque somos, para ellos, más un problema que un beneficio.

Yo le llamo Chavistas a ese poco e coño e su madre que gracias a que Chávez es el jefe de gobierno, el paranpanpan de todo este peo, se aprovechan por betas afectivos que tienen con él (o estratégicos, aunque dentro de mi corazón espero que sea afecto) para hacer y deshacer cuanta mierda les venga en gana, siempre en beneficio personal. Les llamo Chavistas a los mismos a los que hace esos mismos 13 años (y hasta menos), les llamábamos Adecos y Copeyanos. Les llamo Chavistas a los jalabolas que lo único que creen y que les interesa de la Revolución es coronar una mejor casa, un mejor carro, un mejor cargo y no se dan cuenta de que siguen siendo esclavos de un puto sistema que te explota y te sustrae la vida como los bancos te sustraen tu dinero pa invertirlo en lo que quieran cuando les venga en gana. Les llamo Chavistas a los que quieren todos los beneficios de la Revolución pero que no están dispuestos a trabajar por ellos, ni para cuidarse sus propios culos. Y en una menor y pequeñísima escala, son (hasta diría somos) Chavistas los que apoyan, respetan y siguen a Chávez, ideológicamente hablando, o sea, no en la acción.

Socialistas les llamo a esos intelectuales, sobre todo y obviamente, los sociólogos “izquierdistas”, que aunque no se identifican con la clase obrera (bien sea porque no pertenecieron nunca a ella o porque ya les “olvidó”), se sienten en potestad de hablar sobre ella, como objeto de estudio. No es que tengan mala intención, pero definitivamente no tienen ningún interés en el equilibrio de las clases. Socialismo es ofrecer beneficios a las clases más necesitadas, pero de ninguna manera es equipararlas a las clases más altas; es cubrir todas las necesidades básicas, aumentar las oportunidades para que cada vez más personas tengan acceso a los diferentes bienes y servicios, de 1ra necesidad o no. El socialismo, aunque le da tres patadas por ese culo al capitalismo, y definitivamente, es una mejor opción que aquel, sólo profundiza el consumismo, la cultura del despilfarro y de la compra de objetos inútiles que mientras más poder adquisitivo tenemos, más y “mejores” inventos nos ofrecen para gastar el dinero que nos ganamos. No enseñan pues, a ahorrar, ni mucho menos a volver a lo esencial. El socialismo es, a gran escala, como los 100 millones de dólares que al año dona Bill Gates a diferentes caridades, es bonito, pero no resuelve el problema. Es caridad, obligada o no, de los que tienen más hacia los que tienen menos.

Comunistas les llamo a los que son en su mayoría, pro igualdad. Ahí me gusta más la cosa. Y si esta gente común que cree en el comunismo fueran los comunistas que rigen el mundo, creo que esa sería la corriente con la que más me identificaría. Lo que pasa es que en un mundo donde existe el dinero no es posible no aferrarse a él, no usarlo como tabla de flotación y resistencia, y ahí es donde falla el comunismo, en el aún hacer uso del dinero para su subsistencia. Entonces en un país comunista como Cuba, donde hace falta el dinero, el bloqueo los afecta terriblemente, les evita tener una “mejor calidad de vida”. Eso si tomamos en cuenta lo que la sociedad actual entiende por “progreso”: tener cosas. Entonces mucha gente en Cuba así apoye a Fidel se sienten frustrados porque no tienen un poco e vainas que en otros países sí tenemos y esa frustración no permite que el comunismo florezca porque la gente se queda pensando en las vainas que no tiene y que quiere tener, sin pensar que han pasado quién sabe cuántos años sin necesitar eso mismo que quieren. Entonces, en la práctica, el comunismo no ha funcionado porque aparte el liberalismo te ha enseñado que tú deberías hacer lo que te venga en gana, así que si en China te dicen que sólo puedes tener 2 hijos, que todos tus muertos debes cremarlos y tal, te sientes preso, sin pensar que eso es lo mejor para el colectivo. Como somos egoístas por naturaleza, el comunismo se hace antinatural.

Creo que los revolucionarios son una raza en ascenso, donde entran las 3 corrientes políticas de las que hablé anteriormente, sin embargo me cuido mucho de asumir que revolución=bueno porque recordemos que la revolución industrial fue el punto de partida de la intensificación de las diferencias sociales al sustituir al hombre por máquinas, abriendo cada vez más la brecha entre las clases sociales, y desencadenar despidos masivos de trabajadores y trabajadoras, crisis económicas y sociales, huelgas y disturbios, etc. Entonces para mi es indispensable recordarme a mi misma (porque no soy profesora enseñándote lo que tienes que saber, soy una jevita que converso contigo de un poco e peos en mi cabeza) que revolución, en el sentido más literalmente moderno de la palabra es “cambio radical de algo”, una revolución climática, por ejemplo, estamos pasando ahora, con la gran cantidad de desastres naturales que se están dando en el mundo como consecuencia de nuestros usos de los recursos. Y esto por ejemplo, es indiferente de capitalistas, comunistas o socialistas: estamos jodiendo el ambiente. Unos más que otros, pero ninguno estamos salvando nada sino matando.

Entonces se me hace difícil sentir que la revolución, como único elemento de cambio, es la “solución” (no creo que una solución como tal sea posible, porque como comenté en otro texto, tendríamos que volver a nacer pa arreglar esta pea), a menos que se estableciera, por ejemplo, un espectro, un ámbito único de acción de la revolución.

Una revolución en el sistema actual. Esta revolución eliminaría el dinero y establecería tu actividad productiva como tu “dinero”. Pagas con saberes, te pagan con saberes. Una revolución en la educación: clases prácticas de asuntos que realmente necesitaremos en nuestra vida (caza, pesca, cualquier saber pues), personalizados, porque creo que ya sabemos el resultado de un maestro frente a 20 carajos dando una clase magistral (caletre puro pues), donde no te den un papel porque, de qué carajo sirve eso?

Y no sé, en mi loca mente, en esta cabeza, por ahí iría la cosa. Y, como digo siempre, yo no tengo la verdad, yo tengo una opinión, y todos estamos en momentos tan diferentes de nuestros procesos como diferentes edades tenemos.

Y en mi loca mente, creo firmemente que los pelúos, los feos, los marginales, los pobretones, los negros, los indios, los mestizos, somos el futuro. De repente claro, como todos, tenemos mil alienaciones, pero tenemos algo muy especial, y es que no creemos en nadie. No creemos en este sistema en el que vivimos, no termina de calar en nuestras cabezas lo de que “estudia, y trabaja, y gradúate, y cásate, y ten hijos, y cómprate un carro, y progresa…”. Algo no cuadra bien, y ese algo que no calza es lo que hace que a Comunistas y Socialistas, de Izquierdas centrales o de Derechas Endógenas, Ministros Chavistas o Canales de la Revolución, sigamos pintándoles una paloma a todos, porque no creemos en su discurso, no creemos en su Revolución, no creemos en su nueva forma de sistema porque sigue siendo un sistema al fin, impuesto y representativo. Y sobre todo, estamos es con Chávez mientras que esté con nosotros, y todos los demás que se mamen un guevo.

Somos l@s fe@s, y no creemos en sistemas preestablecidos. Y no nos vamos para ninguna parte. Y no nos vamos a cortar el pelo, ni a ponernos bonitos, ni a jalarle bolas a nadie. Se montan o se encaraman!

miércoles, 25 de abril de 2012

Metafísica en tiempos de Revolución


Si tuviera que definirme en una palabra, en una sola, que ya exista, creo que sería ecléctica. Esa palabrita si es un invento de estos tiempos, y a grosso modo significa agarrar un poco de aquí y allá y convertirlo en algo nuevo. Desde ese punto de vista imagino que todos lo somos, porque es que nada es nuevo, todo fue inventado ya, y las cosas verdaderamente útiles, proceden de tiempos originarios.

Como las armas de caza, que poco a poco las fuimos “perfeccionando” (discúlpenme si me río) hasta convertirlas en armas de guerra. O la ropa, que antes eran sólo las pieles de los animales cazados en un doble beneficio: proteger del frío y aprovechar a todo el animal.

Pero no sólo en lo físico y tangible tiene sus orígenes la “humanidad” (déjenme reírme otra vez). También en lo sicológico y mental.

Si me has leído antes, y sobre todo si me conoces un poco, sabes que sí, me las tiro de hippie, mentalista, vidente o como le quieras llamar. Yo sí me creo burda todo ese peo de las energías pues. Creo en decretar lo que quieres lograr y vivir como si ya lo hubieras logrado para que el universo (nuestro padre, o al menos el mío, ya que yo sí lo creo fervientemente) sepa que estás hablando en serio, y apoye tu energía pa lograr lo que quieres. Creo fielmente en seguir mis instintos donde quiera que vaya y sin importar la circunstancia, y las veces que no lo he hecho, me he demostrado que debí hacerlo.

Pero no quiero agarrar este texto y hacerlo sobre mi y mis vivencias, porque esto no es una biografía. Te cuento todo esto porque como bien dice el título, quiero hablarte de metafísica Revolucionaria, aunque te parezca raro. Y te parecerá raro e incongruente porque si digo metafísica seguro tú piensas en Conny Méndez, que escribió quién sabe ya cuántos libritos de bolsillo donde te da “fórmulas mágicas” para que repitas y el reino humano, animal y vegetal se ponga a tus pies; y si me has leído sabrás que para mi es imposible poner a ningún reino a nuestros pies porque quién nos dio el derecho de mandar a quién coño donde…

Entonces déjame explicarte como lo veo yo. Conoces a Chávez verdad? Te gusta, lo quieres mucho. Aprecias su labor revolucionaria en el pueblo venezolano. Sabes que está delicado de salud y quieres verlo mejor. Qué haces? Bueno, puedes ir a la iglesia a rezar, es válido. Puedes hacer una vigilia afuera de Miraflores. Pero más allá de todo eso, si de verdad crees que el pana se va a poner bien, dilo. Anda, dilo! Dilo ahora, decrétalo. Y mantente en eso, pero no con la fuerza de quien se trata de aprender un caletre, sino con la convicción de quién sabe que es así y que los que digan lo contrario son unos porfiados. Eso es metafísica.

En tiempos originarios se hacían danzas y rituales para atraer la lluvia, el sol, la fertilidad en la aldea, eliminar la enfermedad… Nada de drogas, cero médicos, cero químicos. Baile, ritual, certeza. Y venía la lluvia. Y venía el sol. Y parían las mujeres. Pero porqué era? No sólo porque bailaban y la naturaleza les hacía caso, como afirma Conny en sus libros, sino porque se relacionaban con la natura, tenían una relación simbiótica verdadera con ella; pero yo diría sobre todas las cosas que era porque la pachamama sabía. Sabía que le pedían un bien y que le pagarían con bien, y ella les concedía lo que pedían.

Ahora quizás estás pensando que estoy loca. Pensarás que los escritos anteriores fueron golpes de suerte y que la pegué, pero esto, esto es una locura! Y no te culpo por pensar así, sobre todo si, como Conny, crees que los humanos somos una raza superior que vino al mundo a controlar y ejercer poder sobre toda cosa “viva, que nade o se arrastre” o algo así que menciona la biblia.

Al igual que tantos otros conceptos, la metafísica (aunque seguramente no con ese nombre), existe desde siempre. Sólo que, como buenos destruidores de todo, la hemos tergiversado hasta el punto que eso que lees en los libros de Conny es imposible de creer hasta para mi, que tengo una mente abierta a casi todo.

En la metafísica moderna, que no por nada se basa en el Cristianismo, que a su vez toma los mismos textos del Catolicismo, parte del Judaismo y de los Testigos de Jehová (vaya joyitas), se establece que los humanos somos dueños y señores del universo, que somos la cúspide de la evolución, evolución que según ella toma 14mil años en cualquier criatura (vegetal o animal) para que “mejore”, entrando a nuestra especie.

La metafísica moderna se basa en hacerle saber a todo lo que te rodea que tú mandas, y que su deber, designado por Dios mismo es obedecerte. Dime tú si yo soy un pobre tomate o un pobre gusano como puedo siquiera osar a compararme contigo, oh gran ser humano, enviado por Dios mismo y hecho a su imagen y semejanza para que me digas cuál es mi propósito en esta vida…

Tú vas a repetir estas oraciones porque ellas abren las puertas de todo y todo se te concederá. Sí, así mismo. No trabajes, no te muevas, quédate pegado! El destino se encargará, porque tú eres Dios y es el destino de todo ser viviente el obedecerte. A esto Conny le llama “la verdad”. Jua! La verdad. Dime tú pues si esa será la verdad. Si remotamente se lee como algo que puede ser verdad. Que le vas a decir a un insecto que se vaya y se va a ir. Ay que si fuera insecto le digo, me habrás parido tú pa correrme…

Dime tú si ese concepto no es totalmente sistemático. Yo soy el jefe. Yo mando. Yo soy dueño de todo. Tú obedece. Esta metafísica que te venden te dice cómo llamar el dinero, cuales oraciones harán que te llenes de prosperidad. Esta metafísica te dice que si naciste pobre es porque tú mismo te lo buscaste. Esta metafísica te invita a repetir oraciones como imbécil y a quedarte sentado esperando los resultados, mientras Conny (o bueno, ahora los herederos de Conny) se llenan de lucas a costa tuya, que buscas una manera espiritual de afrontar tu vida, porque sabes que la vida es más que lo material, y las religiones que existen no te convencen.

La metafísica ancestral, y la que quiero que conozcas y uses, es distinta. Es inmaterial, se basa en la verdadera energía, que emerge del centro de ti, de tú núcleo y te conecta a niveles íntimos con la naturaleza. En el momento en el que te conectas verdaderamente con tu yo interno, te estás conectando con la naturaleza, porque tu yo interno es ella dentro de ti. Es ese pedacito de partícula que compartes a nivel esencial con toda cosa viva sobre la tierra. En ese momento, te conectas con todo eso, incluyéndome.

Lo que pasa es que la metafísica ancestral es una vaina seria, no es juego de carritos. Ella no existe para ayudarte a ganar lucas, ni a cuadrarte un culito. No existe pa que corones un carro del año, ni pa que la jeva que te cogiste sin condón no salga preñada. No sirve para idioteces pues. De las idioteces se encarga el sistema. Él fue creado pa eso. Pa idiotizarte. En tanto la metafísica está hecha pa centrarte. Pa que te pongas las pilas y no te quedes pegado.

La metafísica te ayuda a seguir adelante. Te da una razón y fuerza para seguir luchando a pesar de tanto becerrón que hay por ahí. Porqué? Porque entre tantos fantasmas y brujas pachamama necesita que no te canses, que sigas luchando. Por eso si eres revolucionario, activista, socialista, comunista, o simplemente y como yo, antisistema, te invito a que practiques la metafísica revolucionaria. Yo lo hago. Sin ella me volvería loca viendo cuantos mamaguevos (y me perdonan el lenguaje, pero no hay palabra que los defina mejor) que se hacen llamar “revolucionarios” no son mas que chavistas de ocasión que les da lo mismo vestir el rojo que el verde o el blanco.

Metafísica revolucionaria es actuar con bien hacia la clase. Hacia tu clase. Porque en tiempos originarios en que sólo había tribus y cada cual estaba en lo suyo y nadie atacaba a nadie, las clases no existían, nadie se tenía que defender de nadie. Así que cuando eso la metafísica era actuar con bien hacia todo aquel, porque no había diferencias como ahora. Ahora no puedes actuar con bien, por ejemplo, hacia los ricos, porque lo usan en tu contra y más bien te esclavizan más. Por eso les llamamos desclasados, porque están del lado que no es, del lado al que le conviene que ellos estén jodidos. Entonces, en metafísica revolucionaria tú no sólo te deseas el bien a ti y a los tuyos, sino a todos los que son como tú, porque entiendes que si ellos están bien tu estás bien.

Metafísica en revolución es poner la mente y la intención al servicio de la labor que estamos haciendo. Es decretar y luchar por el bienestar y cambio que se quiere. Es decretar y luchar contra los becerros que te quieren joder, y tener la convicción de que vamos a vencerlos, de que no pasarán y de que aquí no se rinde nadie. Metafísica en revolución es lo que nos sigue manteniendo aquí después de 13 años a pesar de tanto falso que no se define marisco o molusco, de tanto adeco disfrazado de socialista. Metafísica en tiempos de revolución es no perder el tiempo jodiendo al que es como tú y que aunque se diferencia en varias cosas está en la misma lucha. Metafísica en tiempos de revolución es tener la convicción de que viviremos y venceremos, pero más allá de la simple convicción, y sobre todo en tiempos modernos donde no podemos todos salir a danzar para que mueran los fascistas, es ponernos manos a la obra sin retroceder jamás, sin permitirnos desfallecer, sin dejarnos amilanar, porque sabemos de antemano, que con el universo nuestro padre y con pachamama nuestra madre, no hay pérdida que sea posible, a menos que nosotros mismos la propiciemos.

Y metafísica en tiempos de revolución es, sobre todo, asumir eso, que somos pueblo, que tenemos la fuerza y el poder, y que si no lo logramos, es por causa nuestra, porque nos dejamos vencer, nos dejamos comprar y olvidamos los fundamentos originarios de nuestra especie, que en épocas anteriores, y sin ninguna actriz que del día a la noche se hizo maestra (Conny), ya sabía los poderes tan extraordinarios que tenían nuestras mentes. Y por nuestras mentes me refiero a todas, no sólo las humanas.

Aunque todos los seres humanos no estemos tan avanzados para poner en práctica la metafísica (porque animales y plantas te aseguro que si la practican y es por eso que los menos evolucionados realmente somos nosotros), lo cual hace que obviamente ella no tenga el efecto completo que debería tener, los que la conocemos y la practicamos sigamos haciéndolo, y si tú que me lees no lo haces, trata de empezar, no sólo te sentirás mejor dentro de ti, lo que te impulsará a luchar y trabajar por este proceso con más fuerza, sino que observarás que puedes “infectar del virus” en otros de tu clase, que entrarán en contacto con su yo interno, y así con la naturaleza. Y un alma en contacto con su yo interno dentro de la naturaleza ya no tiene vuelta atrás…

domingo, 22 de abril de 2012

Igualdad y justicia


Hace poco escribí sobre lo que pienso que es la libertad. Dije que no me gusta, que no estoy de acuerdo con ella, que no la quiero, y que prefiero la igualdad y la justicia. Un camarada me decía que en la lucha que estamos, cuando la logremos, no necesitaremos nada de eso, porque nosotros mismos crearemos los nuevos preceptos bajo los cuales viviremos. No existirá la libertad, porque no habrá cárceles ni esclavos. No existirá la justicia, porque (me imagino), no existirán los crímenes (esto lo digo yo en mi entendimiento, “autocompletando” lo que él me dijo, o que me pareció que me dijo). No existirá la igualdad porque (de nuevo, “autocompletando” lo que entendí) nadie será diferente. Porque los conceptos que tenemos de estas tres palabras nos fueron dadas por quienes controlan el mundo. Por tanto ellas en sí mismas no existen, sino en el poder que nosotros, controlados, les proveemos.

En eso estoy muy de acuerdo. Como les conté en un escrito anterior, libertad tiene un significado originario, que es “volver a la madre”, y un significado moderno que no es más que la capacidad y derecho de hacer, o no, una cosa, con o sin perjuicio de los otros.

Me imagino que “igualdad”, y “justicia”, son el mismo caso. Y digo me imagino porque a diferencia del escrito anterior, no quiero llevarme por lo que me dice el diccionario, sino por lo que, como le dije a mi camarada, me diga mi corazón.

Creo fielmente que en el fondo de todos y cada uno de nosotros, sabemos lo que está bien y lo que está mal, lo que es justo y lo que no, lo que es igual y lo que es un abuso. El explotador sabe que aprovecharse de la situación económica de una persona para obligarle a hacer cuanto trabajo el patrono requiera, por las horas que sean necesarias, está mal. Lo sabe porque lo vivió o lo vio en algún ser querido o conocido. Lo que pasa es que es indolente, o lo aprendió a ser. No te creas el cuento de que está confundido, y que cree que está haciendo lo correcto. Él sabe que está mal lo que hace, sólo que no le importa. Cuando en nuestras vidas pasamos por situaciones que nos marcan tenemos sólo dos maneras de asumirlas: o volviéndonos indolentes a ellas, o luchando fuertemente por vencerlas. No hay otra. No lo digas. No trates de hacértelo creer. Nunca verás a un rico luchando por los pobres, porque no sabe lo que es eso. No lo vivió. Nunca verás a alguien en una lucha en la que no se siente cercano o cercana. No es cierto. No pasa. Es exacto. Los únicos que están confundidos son los que están en el medio, los que no han vivido ni una cosa ni la otra.

Pero, por qué digo esto? Porque para mi, ahí está la base de la verdadera igualdad y la verdadera justicia, en lo que va más allá de lo que vivimos nosotros y los nuestros. En el sistema actual (babilón, si se quiere), no es posible la justicia, no es posible la igualdad. Fíjate que la palabra es muy exacta, como la libertad. Incluso si no le buscas el peo etimológico y tal, sino el significado más puro y simple, el que sabes tú por cultura general pues. Ellas se definen por si mismas. Lo que es “justo” es aquello que no es más que una reacción directamente proporcional a la acción que la causó. Lo que balancea la vaina. O sea, que si tú eres un explotador, lo “justo” es que alguien te explote a ti, no? Pero no es el caso, porque en el sistema no es así, no existe la justicia, no puede existir. En el sistema alguien tiene que ser injusto y otro pagar esa injusticia, porque no es balanceado, va hacia un lado u otro, pero nunca beneficia a ambas partes. Es unilateral pues, por tanto, por lógica simple, no porque te lo diga yo, no porque lo leas, no porque te lo diga alguien más, sino por lógica pura, exacta y elemental, la justicia dentro del sistema no existe. No puede. No lo logrará. Es contraria a él. No te esfuerces. No la busques. No la vas a encontrar.

Lo que si vas a encontrar es a la injusticia. La injusticia la creó el sistema. En tiempos originarios justicia era sacrificar un solo animal para alimentar a toda la aldea, porque justicia, verdadera justicia, se trata de estar en armonía con el universo que nos dio la vida, que nos proporciona todo y nos permite mantener nuestra existencia, en ese entonces placentera, dentro de él. Justicia era no malgastar ni contaminar el agua. Justicia era utilizar de la madre tierra sólo lo necesario entendiendo que aún faltan muchas más generaciones de seres vivos (no, no sólo nosotros los humanos) que necesitan subsistir junto a ella. En esos tiempos la injusticia no existía. No existía el contaminar porque existiera el no contaminar. No existía el malgastar porque existiera el no malgastar. Esos son males de la globalización, del sistema, que creó todos los antónimos necesarios para asegurarse de poder hacer lo que le viniera en gana (libertad como ellos la definieron) con los sagrados designios ancestrales de nuestros antepasados.

Así, para la justicia existe la injusticia, para la libertad existe la esclavitud (y aunque no existiera la esclavitud no importaría, porque desvirtuaron todo el significado originario de la palabra), para lo bueno existe lo malo, y así, para cualquier característica positiva, esencial, intangible y que nos conecta con la verdadera esencia del universo (palabras todas, que iguales o distintas, puedo asegurarte que las tribus las utilizaban, que existieron entre ellos), hay un contrapeso negativo, fustigante, explotador, asesino…

La igualdad también se define sola. Qué es ser igual? De repente dirás, igualdad de oportunidades, en la educación, en el empleo, en la salud…

Pero antes de decirte qué pienso yo, sin diccionarios ni sistemas, te invito a que reflexiones esto: te consideras igual en valor, esencia, alma, espíritu o (pon aquí la palabra que más se adapte a tus creencias) a un caballo, perro, ave, árbol, flor, nube, río, insecto, etc.? Muchos dicen que sí, pero en el fondo no lo creen. Otros de una dirán que no, que somos seres superiores. Otros dirán que sí, definitivamente, y lo creerán con fervor.

Religioso o no, creo que todos sabemos que muchos (no todos) hechos científicos son irrefutables. Sin importar qué diga cuál religión, es un hecho que hay un universo, una vía láctea (o más), planetas, estrellas, novas y supernovas. Y esta el Big Bang, por lo que comenzó todo este peo.

Y el Big Bang no fue, si me preguntas a mí (que no le llamo un Dios ni una Virgen sino un Universo y una Pachamama a los dadores de toda vida), más que la fecundación del universo y la pacha que nos dio a luz a todos nosotros. A todos nosotros. A todos nosotros. A todos nosotros. No lo puse 3 veces más sin querer. Es para que te lo grabes. A todos nosotros.

Esto significa, por lógica pura y elemental, que TODOS venimos de una misma matriz. Que en no en esencia, si no crees en ella, sino a nivel nuclear, nuestros átomos, nuestro ADN, nuestro genoma, nuestras moléculas, todas y cada una de ellas, sin importar si eres humano, animal o vegetal, vinieron de la misma madre. Por tanto, si sabes que 2+2=4, sabes que tú eres tan hermano mío como yo soy hermana de perros, gatos, pájaros, árboles, tomates, cebollas, grama…

Eso es realmente la igualdad. En tiempos originarios (y aún en las pocas tribus originarias que se mantienen), “igualdad” significa entender que somos uno con la naturaleza. Con el mundo. Con el universo. No tenemos derecho a matar por diversión, a decidir quién o qué es más importante en este mundo ni en ningún otro, ni que especie es superior ni cual es inferior. Igualdad es reconocernos como hijos de una misma madre y un mismo padre, y en ese sentido entender que todos tenemos el mismo valor.

En el sistema la igualdad no es posible. Para que alguien sea rico, otros tienen que ser pobres. Aunque dos personas tengan desde su nacimiento las mismas oportunidades, sus vidas no serán iguales, una será mejor que otra, porque el sistema se inventó para hacerte creer en la competitividad, y en competencia no pueden haber dos ganadores. Uno debe ganar, y uno debe perder. Ves como todos los conceptos que nos enseñan son una estafa? Por todo esto, nuevamente me apego a tu lógica más simple, matemáticas de 1er grado pues. Es imposible la igualdad dentro del sistema; mientras tanto, la desigualdad es el plato del día. Porque sólo con la falsa idea de que lograrás la igualdad algún día, te convencen de seguir tras un sueño, el problema es que nadie sabe quién plantó ese sueño en ti, y en mi, y en tantos otros. Pero la igualdad verdadera, originaria, nos hace a todos hermanos y nos une en amor.

Sé que todo esto se lee muy hippie, y que en tiempos de revolución que se manifiesta como respuesta a un mundo injusto, desigual y egoísta, es normal que me llamen comeflor. Y probablemente te diría que tienes razón, si esto se tratara de decirte que no te rebeles contra tu agresor porque en esencia y a nivel molecular es tu hermano. Pero no te cuento todo lo que tengo en mi cabeza porque la idea sea ser “paz y amor”. Ahí soy una “neohippie” si me quieres etiquetar, porque llevo la flor en el alma pero tengo el puño alzado y soy bien rebotada ante las injusticias. Pero soy de esta manera porque tengo éste concepto de justicia, y éste concepto de igualdad. Porque sé que la justicia y la igualdad que nos enseñó el sistema son falsas e imposibles, porque como te dije más arriba, son contrarias al sistema, por tanto, no pueden ser reales dentro de él. Sólo hay una falsa justicia, basada en juzgados que son fácilmente comprables y en falsos “derechos” que tú nunca pediste. Sólo hay una falsa igualdad basada en oportunidades que ni tú ni yo pedimos nunca, que se nos impusieron desde que nacimos, y a nuestros padres, y a los padres de nuestros padres, hasta llegar en retroceso a tiempos de esclavitud.

En tiempos actuales, para que recobremos los significados esenciales y originarios de palabras tan profundas pero tan sencillas como “justicia”, “igualdad” y “libertad”, tendríamos que volver a nacer todos; pues incluso en los que ya tenemos un poquito más de conciencia y que hemos medio abierto los ojos un pelo (sería un grave error pensar –cualquiera de nosotros- que ya hemos visto toda la verdad y que no tenemos más nada que aprender), aún quedan demasiadas alienaciones y cadenas que nos unen a este sistema manipulador y esclavizante.

Pero como no vamos a morirnos todos de una vez (al menos no aún), hay que pensar qué se puede hacer, para luchar en el sistema existente con la mirada hacia lo que (creo) queremos lograr, que es un mundo donde la injusticia y desigualdad no sea posible porque no habrá un sistema que las promueva. En tiempos modernos la mayor demostración de justicia e igualdad, serían los ciudadanos luchando por la mejora y el balance entre los habitantes del planeta tierra. Y los gobiernos progresistas que tratan de lograr este balance. Pero yo creo que la lucha, más que comunista, socialista o revolucionaria es antisistema y originaria; la lucha debe ser por la vuelta a los valores ancestrales. A lo místico. A lo natural. A lo esencial. Al consumo consiente. Hay que luchar en este plano, porque en él vivimos, y no podemos ignorarlo porque así no contribuiremos a destruirlo, pero siempre con la conciencia de que estamos buscando elevarnos a otro plano, no sólo espiritual, sino físico, donde no haya injusticia ni desigualdad ni esclavitud, porque el concepto verdadero de los antónimos de estas palabras, no tiene realmente nada que ver con ellas en un mundo originario, lo que fue al principio de los tiempos.

Así, nunca olvides que el sistema no creó la “justicia”, creó la “injusticia”. Y no creó la “igualdad”, creo la “desigualdad”. Y además creó un nuevo concepto de libertad, que ya tocamos en otro texto, y que no se relaciona en nada con su significado originado en Mesopotamia. Todas estas palabras (y tantas más que de repente se me vayan ocurriendo para desmontar), existían antes del sistema, quizás no iguales, pero estaban allí, y eran hermosas y perfectas y armoniosas. Y nos unían como hermanos, pero al mismo tiempo sin mezclarnos en el mismo espacio. Y un día llegó el sistema y se regó por el mundo en el nombre de la “globalización”. Y tomó todas estas palabras y las desvirtuó, las enagenó y las alienó. Y las volvió lo que les dio la gana, cambiando totalmente su significado, hasta que fue más visible el antónimo de la palabra que la palabra propia. Y nos hizo competir a los unos contra los otros en el nombre de la igualdad, la libertad y la justicia. Ves la estafa? Sigues pensando que son falsedades?

Pregúntale a un indígena si tienen un concepto de libertad, de igualdad y de justicia. Pregúntale después desde hace cuánto lo tienen. Saca cuentas y dime: quién inventó qué? No dejes que el sistema te siga engañando, y se apodere de lo que por derecho originario es tuyo, es mío, es todas las personas y de todas las razas y de todos los seres y todas las especies: este mundo y este universo que habitamos.

Y después no olvides nunca que la Revolución es, ante todo, un acto de amor.

Libertad?


Somos libres, una muy común frase que orgullosos decimos porque hemos aprendido que la libertad es un logro. Porque asociamos libertad con lo contrario a la esclavitud y, en tiempos modernos, a la prisión.

Yo en lo personal (me aseguro siempre de decir esto porque no soy, ni pretendo ser, dueña de la verdad) veo la libertad de una manera distinta. De hecho no me gusta la libertad. La cambiaría mil veces por igualdad y justicia.

Libertad: del latín “libertas”, que quiere decir exactamente eso, libertad, tiene estas definiciones en los diccionarios:

1. f. Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos.
2. f. Estado o condición de quien no es esclavo.
3. f. Estado de quien no está preso.
4. f. Falta de sujeción y subordinación.
5. f. Facultad que se disfruta en las naciones bien gobernadas de hacer y decir cuanto no se oponga a las leyes ni a las buenas costumbres.
6. f. Prerrogativa, privilegio, licencia. U. m. en pl.
7. f. Condición de las personas no obligadas por su estado al cumplimiento de ciertos deberes.
8. f. Contravención desenfrenada de las leyes y buenas costumbres.

Y por ahí se va la cosa. Pero, qué significa esto? Básicamente, aparte del obvio significado de que ser libre significa que no estás preso y que no eres esclavo, ser libre (y este es el más grande y real significado de la palabra) significa que puedes hacer lo que te da la gana. Así de claro y sencillo, si eres libre, haces lo que quieras, con o sin perjuicio de ti mismo o de los demás.

Y hasta se lee bonita la cosa verdad? Que fino es ser libre! Porque a la final para eso vinimos al mundo no? Para hacer lo que nos venga en gana. Pero si lo piensan bien, y vas más allá del único significado que el sistema quiere que tengamos de libertad, verás: si soy libre, entonces puedo explotarte, robarte, violarte, abusar de ti, estafarte…

Libertad es hacer lo que quieras, por eso Estados Unidos es libre de invadir, matar y violar cuanto país le venga en gana en defensa de eso precisamente, de seguir haciéndolo cuanto quiera. El patrono es libre de explotarte todo lo que pueda dentro de las leyes establecidas. Un marido abusivo es libre de pegarle a su mujer cuanto quiera, y la mujer golpeada es libre de no denunciarlo porque “es que fue culpa mía”. El jefe es libre de tratarte como una piltrafa humana, y los políticos son libres de prometer para luego no cumplir. El sistema es libre de obligarte desde que naces a que sucumbas a él y trabajes para él con tal de poder permanecer vivo…

Y por ahí podría irme por párrafos y párrafos. Y algunos me dirían que eso es porque no somos realmente libres, porque somos esclavos del sistema. Y, aunque parezca bipolar de mi parte, también es cierto.

La primera expresión en el mundo de la palabra libertad tiene sus orígenes en Mesopotamia. “Ama-gi”, que significa “volver a la madre”, es el significado esencial de la libertad, es decir, deshacerte de todos esos pesos que te atan al mundo físico y volver a lo primario, a la vida en armonía con la naturaleza (pues sabemos que en el principio los dioses que se veneraban eran los elementos, entendiendo así que “Dios” no es más que la naturaleza misma).

Entonces hay como dos caras de una misma moneda, si me lo preguntan a mí. Ciertamente, la libertad como se entiende en su significado esencial, es la más maravillosa visión de mundo, es como todo debería ser, pues. Los indígenas, los cavernícolas, las tribus originarias que aún hoy sobreviven en cada vez menos partes del mundo, son libres. Libres “Ama-gi”, libres de verdad. Conviven en estricta armonía con la naturaleza. Cazan un animal para que coma toda la aldea, no cazan 200, los refrigeran y después los venden a sus compañeros. Agradecen a la madre tierra todos los frutos y animales que les provee, los tratan con respeto y mantienen la producción sembrando y criando. Han vuelto (aunque decir que han vuelto no sería correcto porque es que nunca se han ido) a su madre, viven de ella y la protegen con su vida.

Nosotros en el mundo moderno, oriental u occidental, vivimos una libertad “libertas”, una falsa libertad a la que los griegos (quienes no con besitos y abrazos lograron crear un imperio) le dieron significado y que hoy en día bajo el engaño de que defender la libertad es lo correcto, defendemos abusos e injusticias alrededor del mundo. Cuál libertad es esa? Donde cada quién hará lo que le venga en gana sin pensar en los demás, cualquier especie que sea. Donde mientras creemos que ser libres es de pinga lo que estamos es luchando y protegiendo un sistema que nos jode cada día más, que nos obliga desde que nacemos a vivir de una manera establecida, sin importar si estás de acuerdo o no. En la libertad “libertas”, ciertamente, no hay libertad sin esclavizar a otros, y esos otros tienen una falsa sensación de libertad donde puedes escoger que ropa vestir, a donde salir, que trabajo tener (y realmente no), donde estudiar, etc. Pero tú decidiste que quieres usar ropa? Tu decidiste que querías trabajar para ganar dinero porque sin eso no puedes comer ni vivir?. Tú decidiste que tenías que estudiar porque si no no vas a encontrar un buen trabajo y vas a morir de hambre?

Entonces, cuál libertad? No se llaman “liberales” y “neoliberales” porque luchen contra la esclavitud y la cárcel, verdad? Cada vez que pienses en libertad, te invito a que pienses en estas dos corrientes, y repienses si la libertad es el camino. La libertad más que no estar preso y no ser esclavo es un conjunto de gente haciendo lo que le venga en gana, jodiendo a la otra sin tener que preocuparse de las consecuencias de ello. No te dejes engañar cuando te digan que una cosa es libertad y otra libertinaje, las dos vienen de la misma vaina, y es un engaño para que luches por mantener el sistema latente.

Si me lo preguntan a mi, a mi no hablen de libertad, porque no la quiero ni la necesito, háblenme de igualdad y justicia! Y ya hablaremos de eso también…